Sylvia Plath, Tres mujeres, ilustraciones de Anuska Allepuz, edición bilingüe con traducción de María Ramos, Madrid, Nórdica, 2013.
“¿Qué nos arroja a estas almas inocentes?”: alrededor de tal pregunta orbita este poema a tres voces que versa, emocionante y sorprendente, en torno a la maternidad y sus múltiples caras. La madre que desea serlo y que ama a su hijo, asaltada por temores y esperanzas subyugantes. La mujer que sufre un aborto y llora su vacío, a la vez que se reencuentra con su cuerpo y su propia existencia. La madre que lo es a su pesar, que se separa de su hija y busca otra vida, herida pero al mismo tiempo libre. Los poemas de Sylvia Plath nos sitúan en el lugar más alejado de una visión estereotipada de la maternidad y sus conflictos: en cada una de las voces encontramos el terror y el sosiego, la realización y la esperanza, el estupor y la maravilla.
Esta nueva edición de una obra ya casi clásica constituye una pequeña joya: lo tiene todo para que el lector disfrute con ella. Es bilingüe, con una traducción muy cuidada, y en todas sus páginas aparecen ilustraciones de Anuska Allepuz que se confunden con el texto y lo descubren. Sus trazos no son nada invasivos, y poseen el sorprendente poder de despertar la imaginación y acompañar, pausadamente, la lectura.
Sylvia Plath concibió este poema para ser leído en voz alta, y lo leyó en la BBC en 1962, un año antes de su muerte. La radical originalidad del libro lo sitúa entre el más absoluto intimismo y la brusca salida de una misma, entre la narración y la poesía, la confesión y el teatro. No podría haber escritura más lírica, y a la vez Plath desafía casi todas las ideas preconcebidas acerca el yo poético. Tres mujeres que dicen “yo”, tres mujeres diferentes, cada una con su historia, una historia que avanza. El lector atento podrá reconocer el embarazo, el parto y el cuidado del bebé de la primera voz; el sangrado, la estancia hospitalaria y la vuelta a casa de la segunda voz; el miedo a ser madre, el nacimiento de la hija y el abandono de la tercera voz. Un camino que va, en todos los casos, del temor y la esperanza a la aceptación y el sosiego. Tres mujeres es un libro claro, poderoso en su profundidad, lleno de angustia, de entrega y de cuidado.
También se cuela entre sus páginas la guerra y la injusticia del mundo; como si esta fuera, en realidad, motivo de preocupación para todas las madres. Plath se sumerge de lleno en el imaginario femenino y nos demuestra que basta haber soñado con tener un niño para entender lo que es ser madre, para desearlo o rechazarlo, para introducirse en la experiencia de un aborto.
Las tres mujeres, al final, parecen encarnar tres momentos de una misma historia. Sus palabras lo demuestran: “¿Tan difícil es para el espíritu / concebir un rostro, una boca?”. “El rostro en el estanque era hermoso, pero no me pertenecía”. “No hay milagro más cruel que este”. “El sol se pone. Muero. Provoco una muerte”. “Mirad, la oscuridad se filtra por las grietas. / No puedo retenerla. No puedo contener mi vida”. “Es humano, a pesar de todo”. “¿Qué hacían mis dedos antes de tenerte? / ¿qué hacía mi corazón con este amor?”. “Es terrible / estar tan abierta: es como si mi corazón / tuviese rostro y caminase por el mundo”. “Soñé con una isla, roja de gritos. / Fue un sueño, y no significaba nada”. “Soy inocente otra vez. Creo en los milagros”. “Soy solitaria como la hierba. ¿Qué me falta?”.
El corazón ha quedado inevitablemente afectado por una experiencia que sin embargo no lo es todo, que descubre la propia vulnerabilidad y la propia fortaleza. El vacío de la mujer que aborta nos traslada a una constante pérdida; la plenitud de la mujer que ama a un niño vivo devuelve la pregunta del amor a nuestras vidas; la extrañeza de la mujer que no puede acoger a su hija remite a la inadecuación de cualquier existencia. Plath convoca la vida y nos demuestra cómo en lo que parece más individual y anecdótico se encuentran las claves de lo perenne. La intimidad femenina se reivindica, entonces, cual teatro del mundo: representación de los dramas y pasiones de lo que es, a pesar de todo, humano.
*Reseña publicada en “La sombra del Ciprés”, suplemento cultural de El Norte de Castilla, el 01/03/2014.
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